A mi July y a mi nos encanta viajar.
Definitivamente es algo que nos une. Sin embargo, desde que nos acompaña nuestro
hijo Salvador, le hemos bajado la revolución a nuestros viajes. Yo, la que
organizaba maleta en cinco minutos y salía a recorrer el mundo sin pensarlo, he terminado por dejar a un lado esa maleta para quedarme más en casa. Pero, ¿Deberíamos dejar
de viajar por nuestro hijo? Lo cierto es que Salvador nació de padres que
provienen de lugares y culturas diferentes, por lo que su hogar es diverso, así
que deseamos criarlo aceptando y disfrutando esa diversidad y para incentivar esto, siempre
es bueno viajar. Entonces, la verdadera pregunta es: ¡¿cómo podemos viajar sin que esto genere un trauma?! Ahí
entra lo que llamamos “La Master”: Esa Wonder Momma que se las sabe
prácticamente todas, a la que le escribes cada vez que quieres gritar, o cuando el
pediatra no te contesta o en internet no te explican bien. Pues bien, como las
que escribimos en este blog somos primíparas y estamos aprendiendo, traeremos
de vez en cuando a una Master, porque ellas siempre saben qué decir.
Así fue entonces como en medio de
mi crisis sobre si viajar o no, le escribí a Ruby Rubio, una Master de esas que
trabaja, estudia, enseña, adora al esposo, saca tiempo para apoyar a su hijo que
es un campeón de patinaje y todo esto lo hace luciendo divinamente ¿Cómo lo hace? pues porque es una Master. Al consultarla, ella, con esa habilidad para manejarlo todo, detiene su rutina y me lanza en cinco minutos la siguiente perlita:
La Master: Bebé listo
para viajar!
Cuando sales de viaje por
primera vez con tu bebé, te sientes como en la línea de salida de la pista
atlética, en la final de los 300 metros en los olímpicos, pero al lado de Bolt.
La impotencia es total, porque no te puedes llevar la bañera, la cama, el aire
acondicionado, la estufa, la nevera, no. Enfrentas entonces frustración y mucho
mucho miedo. Miedo al calor, al frío, a la falta de todo aquello de lo que
dependes para que él o ella estén muy bien. Entonces, como por arte de
magia, aparece tu instinto y te salva la vida. Este instinto maravilloso te
enseña a ser práctica y a descubrir elementos y productos que reemplazan a todo
un grupo, que pueden resultar innecesarios. Entre más práctica seas en el día a
día, mejor te irá en tu viaje.
Lo primero es repasar en
tu mente la rutina diaria de tu bebé. Esta es la mejor forma de hacer la
maleta. Al levantarse en la mañana, le das tete o teta, lo cambias, lo bañas y
vistes. A medio día, almuerza, se baña y duerme, en la tarde juega y come
merienda. En la noche, cena, música y a dormir. Luego, lo mejor es revisar que cumples con estas premisas:
- Llevas los tetes esterilizados y en una bolsa Ziploc.
- Tienes agua en cantidades suficientes, para teteros, papillas, limpiar las frutas y para lavarles cuando se llenan de arena en agua salada.
- Pañitos húmedos. Son lo máximo. Con ellos limpias la cola, las babitas, el cuello, y hasta lo bañas o en su defecto, pañitos desinfectantes. Con ellos limpias cualquier superficie que te parezca demasiado sucia como para que el bebé la toque o juegue con ella. Incluso, si se trata de lavar al bebé en algún lavamos o bañera improvisada, la desinfectas antes de hacerlo.
- El protector para cambiarlos. Es indispensable.
- Implementos de aseo en un maletín exclusivo para ello: el jabón que siempre usa, peines, bloqueador, cremas hidratantes, copitos.
- Los juguetes preferidos no pueden faltar. Ahora hay muchas aplicaciones para el teléfono con juegos muy interesantes.
- Su música en el celular o para el carro.
- Ropa adecuada según el clima. Siempre lleva de más, ellos son exploradores.
- Un botiquín que puede ir variando según la edad del bebé. Siempre pide asesoría al pediatra sobre qué darle por si le duelen sus oídos o la garganta, si hay fiebre, diarreas, mocos o vómito, y qué hacer si le pican mosquitos, se cae o se quema. Hay medicinas preventivas que son ideales para evitar malestares por cambio de clima.
- Tú eres su mejor colchón, así que puede dormir sobre ti. Pero si quieres que duerma más cómodo, donde sea, lleva los pisos de caucho que vienen en forma de rompecabezas. Si les colocas una sabanita encima, quedan listos para una siesta corta a media mañana.
- Hojas y crayolas, siempre te sacan de apuros.
- Bolsas, muchas bolsas, para guardar todo lo que se vaya a comer, los pañales sucios, la ropa que se vomita. Las ziploc son buenísimas, así como las de basura negras.
- El nombre y número del pediatra más cercano.
- Un coche práctico, tipo paragüita.
- Haz lo que sea posible para que no se alteren sus rutinas. Así no estará irritable y todos podrán disfrutar del viaje.
¿Qué les parece? Yo creo que el listado está buenísimo y tú, ¿Pronto te irás de viaje? ¿Crees que es bueno viajar con tus chicos?¿tienes
alguna idea extra?. Por ahora, yo creo que sí me animo a viajar con mi hijo!
Au revoir! Bon Voyage!
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